Nos despertamos a la hora de comer, como señores parásitos que no tienen nada mejor que hacer. Hoy si era el día, tocaba circo!! Por fin, después de mucho planearlo hoy era el día.
Decidimos ir por metro, por noveleros y porque tampoco sabíamos lo que nos podía costar el taxi hasta allí. El metro en Shanghai un trayecto vale 4Y (0,40€), con lo que es realmente barato. Buscamos nuestra línea, que en este caso era la 1. Todo el trayecto sin problema hasta que llegó el momento…se para nuestro metro, vemos que todo el mundo sale y Tony y yo casi acostados en nuestros asientos, pensando…”yos, nadie va al circo o que”, y de repente de apagan el metro, nos miramos y salimos pitando para fuera, los chinos cabrones meados. Claro, en megafonía habrían dicho “por favor, salgan del metro que hay cambio” pero claro, ustedes saben no? Tras una pequeña espera llegó el infierno…Un metro petadísimo, pero petadísimo, como sardinas, se para y se bajan 2, mientras queríamos subir como 2000, y que se creen, que no entramos? Vamos…desde este día puedo decir que me he frotado con un chino, no es agradable de contar pero es cierto. Tras 3 o 4 duras paradas llegamos al circo sudando y como decimos nosotros, apestando a choto.
Como niños de 5 años salimos privados para el circo!! Salimos del metro y la verdad que no quedaba muy claro el camino a seguir para llegar. Estuvimos buscando y nos metimos por un callejón que daba la pinta de montón de cosas menos de circo, hasta que apareció un guardián y balbuceó algo en chino y señaló a un sitio, así que para allá fuimos, y si! Llegamos a la entrada del circo tras dar una vuelta horrible. Compramos la entrada, en una buena zona que nos costó 280Y (28€). Al entrar Tony se compró las peores roscas de la historia y le regalaron para rematar una especie de fruto seco que nunca sabremos que era, eso si, yo me lo comí.
Empezó el espectáculo, simplemente increíble, nos encantó, impresionante. Hacían cosas acojonantes. Saltos que realizaban unos jóvenes entrando por aros, malabarismos sobre cilindros, acrobasias con jarrones que las hacía un gordito gracioso que se gana el cariño de todos, bailes con sábanas colgadas del techo preciosos, motos dentro de un balón de metal gigante rodando a una velocidad espectacular donde no se notaba que hubiese hasta 8 motos dentro, una cantidad de cosas que todas nos dejaron encantados. Valió mucho la pena.
Al salir nos dijimos…metro o taxi? Taxi….como señores, que sufrimiento ni nada, eso para ellos que son 1.300 millones.
Tony quería noodles, así que fuimos al mejor sitios de noodles del mundo, para así yo probar platos nuevos, que como la verdad me gusta todo pues hoy me apetecía arriesgar. Tras pedir en una carta sin saber realmente que era, pues me trajeron, una papa cocida en una salsa fecal, ajitos o cebollitas chicas, ricas para un picoteo pero no para cenar, carne picada con berros que estaba rica y una revuelto de judías verdes, remolacha y cerdo agridulce picado. No se crean que arriesgué porque si, es que cada plato salía el más caro 8Y (0,80€). Tony se pidió unos noodles supuestamente súper picantes y que va, no triunfaron para nada.
Después de esto para casa. En mi caso nervioso por saber como le habría salido a Ruth el examen del famoso Trillo…hasta la 1 esperando un email…tras recibirlo a dormir, que mañana será otro día…hasta que mi señora esposa me llamó a las 5 de la mañana, y yo asustado al ver un número tan largo en el móvil colgué (también en mi defensa decir que es que tengo el volumen súper ago y salté a por el móvil acojonado y ni miré que decía casi), una pena, porque me hubiese gustado coger y hablar con ella, jo…mua!
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