Fuimos al hostal y nos alquilamos un bicis, que después de la buena experiencia de Dalí nos apetecía repetir. Las bicis no estaban en muy buen estado.
Salimos con ganas, dispuestos a recorrernos Lijiang entera, y lo primero era ir a las montañas. De camino a las montañas nos encontramos con cultivos de trigo, gente trabajando y pueblos muy alejados de los cotidiano, con una vida muy diferente. Entrañables.
El subir a las montañas empezó a pasar factura, y tras 2hrs y media de trayecto que mejor que pararse a tomar una cervecita y unas almendras. Seguimos nuestro trayecto hasta dar con un parque, con un templo de Jade. Por no se que razón nos saltamos la entrada y tuvimos que saltar por la parte de arriba. Nos colamos vamos.
El parque daba la impresión de abandonado, todo deteriorado, sin cuidar y muy sucio. Igualmente nos sacamos las fotos pertinentes, que ahí no se llega todos los días. Las vistas era preciosas, solito y encima de nosotros las montañas nevadas.
Al salir del parque nos encontramos a la chica de la entrada, que se quedó flipando totalmente, y no supo que decir al ver a 3 chicos salir en bici de su parque.
Comenzó la bajada, que duró nada, como 30 minutos.
Por fin llegamos al hostal, tras 5hrs y media de bici, achicharrados del sol y con unas ganas de ducha y cena que bueno. Eso si, lo primero fue ir a un supermercado a comprar crema hidratante y solar.
Volvimos a cenar al Lamu´s y después paseo por Lijiang a comprar algún regalito.
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