15 mayo 2010

DÍA 39 EN DALÍ

Al llegar a Dalí nos cogimos una guagua y nos fuimos para el casco antiguo de la ciudad, el más bonito...y tan bonito! Me he enamorado de esta ciudad, me ha chiflado...lo que más me ha gustado hasta el momento.


Para recorrer la ciudad la mejor manera de hacerlo en bicicleta, y así hicimos, alquilamos unas todo el día por 20Y (2€). La mejor inversión del viaje. Estuvimos en la parte alta de la ciudad viéndola desde lo más alto, y después bajamos hasta el Lago de Dalí, el lago Erhai. Para llegar pasamos por un pequeño pueblo increíble y sus arrozales. Los agricultores, cuando pasamos estaban empezando la hora de la comida, y fue muy bonito pasar por ahí, todos saludando, sonriendo y hasta ofreciendo comida, esto me lo llevo, me encantó. Son de esas cosas que hacen diferente visitar un pueblo como Dalí a una gran ciudad como Shanghai.


Al llegar al lago, a Tony le pareció ver en el agua el “anillo de poder” y decidió tirarse al agua a buscarlo. Finalmente no era un anillo, sino una concha. Era de esperar.



Aquí llegó uno de los momentos esperados del viaje. Comimos grillo de agua y sapo. El grillo nada, el sapo bueno, comible.


Después de comer nos fuimos al muelle de Dalí, donde conocimos a Cris, un colombiano que estaba viajando por Asia desde diciembre. Un chico muy simpático, y con el que tuvimos una agradable charla.


A la vuelta a Dalí antiguo decidimos hacer caso a la guía y probar un restaurante tibetano, donde pudimos probar la carne de Yak. Rica pero un poco dura.


Después de esto devolver las bicicletas y para el hostal, que el día ha sido duro duro y mañana nos gustaría estar más frescos, que nos tocan 3 horas de guagua hasta Lijiang.

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