24 abril 2010

DIA 17 EN SHANGHAI

Este día no pasará a la historia por ser de los más intenso ni emocionante, pero bueno...un día más.

El día empezó tarde para Tony y para mi, ya que el había salido el día anterior y había llegado tarde y yo porque estuve pendiente de ver el partido del atlético que terminó a las 5 de la mañana. Al despertar me fui a casa de Tony para intentar hacer funcionar por fin lo de internet, por lo menos en casa de Tony. Funciona en la suya...al final en mi casa es donde único no va.

Estuvimos la tarde tirados, picoteamos un sandwich e hicimos tiempo para salir a cenar con el padre de María, Ramón. Decidimos ir a una cervecería alemana que se llama Paulander. Esta está en una zona de juerga muy europea o por lo menos no muy asiática. En el Paulader la cerveza bien, pero la comida y los precios no tanto. No será un sitio donde me apetezca volver. El padre de María se portó y nos invitó a la cena. Es un crack.

Al salir de ahí nos pasamos al local de enfrente, que tenía buena pinta, el Luna, donde tampoco había mucho ambiente, pero estaban tocando en directo y muy bien. Tocaron el gran clásico de Pitbull I know you want me, enorme! El batería del grupo era muy bueno, Tony le fue a saludar incluso después del concierto para felicitarle por su actuación. Las copas en este local igual, 75Y (7,5€) por un tamaño realmente pequeño. Un país donde es muy caro beber alcohol.

De aquí nos fuimos al Brown Sugar, un local enorme y muy bonito. Eso si, en este local conocimos el funcionamiento de las prostitutas. Como en China están prohibidas, pues claro, salen de marcha a locales donde saben que habrá gente con dinero y con ganas de juerga. Esta especie se coloca en las barras, solas, buscando a su presa, un joven, o no tan joven, que va a la barra a pedir, o que pasa por ahí, y al que para atarle le dice "Hello" y sonríe. El joven, amablemente le dice hola y claro, cuando te das cuenta le está diciendo que por 1000Y (100€) te hace de todo. Esto mientras fue pasando la noche lo vimos más y más y parece ser que es de lo más habitual.

Ya decidimos tirar para una discoteca algo más china, y no sabíamos bien para donde. Así que como la experiencia había sido buena, pues nos fuimos al Soho. Aquí ya nos acompañaba una amiga de Tony, Tina Shao, que nos guíaba la verdad y con la que nos echamos unas risas. Así que los 4 nos fuimos para allá.

Llegamos al Soho, 100Y (10€) barra libre y para dentro. El ambiente no era para nada el mismo, estuvimos un rato, ya Ramón, se fue para el hotel cansado y nos quedamos los 3.

Acabamos la noche en el Muse 1, otra discoteca, donde terminamos todos en las tarimas, eso si, con la discoteca totalmente vacía. Lo mejor de este sitio son las tarimas, tienen un botón para encender los focos de la tarima, que están situados justo debajo tuya y así te ilumina , es increible! eso si, cada vez que lo hacíamos venía un portero para apagarla. El pobre se tuvo que dar como 10 paseos ya que nosotros de perretas la encendíamos cada 2 minutos.

De aquí para casa a sobar. Las copas son caras y malas, pero no dan resaca maldita. Punto a su favor.

De este día no hay fotos, ya que se nos quedó la camara, una pena.

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